¡Cuidado con las películas en tu cabeza!

¿De qué color es tu caballo?

Cuando empiezo mis talleres, suelo contar una historia de cuando era niño.

Recuerdo que un día monté un caballo enorme. Su pelaje era brilloso, su crinera larga y fuerte, y tenía una energía desbordante. Yo tenía miedo, lo sentía demasiado poderoso para mí, pero también sentía la emoción de la aventura.

Después de contar la historia, hago una pregunta al público: ”¿De qué color era mi caballo?”

Las respuestas siempre son distintas. Algunos dicen blanco, otros negro, algunos marrón, incluso hay quienes dicen rojo. Pero la verdad es que… nunca mencioné el color.

Cada persona proyecta una imagen en su mente basada en sus experiencias, creencias y percepciones. Cada quien tiene un caballo en su cabeza.

Y así es como funciona nuestra mente: interpretamos la realidad a través de nuestros propios filtros. Vemos el mundo no como es, sino como creemos que es.

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La mente como directora de cine

¿Cuántas veces has reaccionado a algo que ni siquiera era cierto? Nuestra mente es una experta en hacer películas, creando historias que nos hacen sufrir más de la cuenta.

Filtramos la información según nuestras creencias y experiencias, y cuando nos dejamos llevar por esos filtros sin cuestionarlos, terminamos reaccionando a una historia que solo existe en nuestra cabeza.

📱 Alguien tarda en responder un mensaje y de inmediato asumes que está molesto contigo.

🏢 Caminas por la oficina, alguien no te saluda y ya crees que hiciste algo mal.

💬 Mandas un chiste en un grupo, nadie responde y te convences de que no fue gracioso.

Pero, ¿Qué pasa si la realidad es otra? Tal vez la persona que no respondió estaba ocupada, el compañero de oficina tenía un mal día y el grupo simplemente estaba distraído.

Nuestra realidad interna no siempre es la realidad externa. Si no aprendemos a cuestionar esos filtros mentales, terminamos tomando decisiones o reaccionando de formas que solo generan más estrés y conflicto.

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Tres formas de evitar hacerte películas

🎬 1. Verifica antes de asumir.
Antes de reaccionar, pregúntate: ¿Esto es un hecho o es solo mi interpretación? A veces, basta con preguntar para aclarar la situación.

🔎 2. Sé consciente de tus filtros.
Lo que creemos afecta la forma en que interpretamos el mundo. Pregúntate: ¿Mi experiencia pasada me está haciendo ver amenazas donde no las hay?

📝 3. Cambia el guion.
Si notas que tu mente está creando una historia negativa, intenta imaginar una versión alternativa más positiva o neutra.

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¿De qué color es tu caballo?

La próxima vez que tu mente empiece a hacer una película, detente y pregúntate: “¿De qué color es mi caballo?”

Es una forma de recordarte que no siempre lo que piensas es la verdad. Antes de reaccionar, verifica, respira y elige cómo interpretar la realidad.

Porque a veces, la película más terrorífica… es la que solo existe en tu cabeza.